El Betancourismo Virginiano Articulado en el poder dentro y fuera de la Biblioteca Nacional, ocupando cargos de grado 99 y otros puestos camuflagiados como exclaman estos gerentes, “mi asistente, mi empleado o mi equipo de confianza” entre otros términos, estos actúan con saña y venganza en contra de los trabajadores.
Consecuente a su extraña política aislada del Gobierno Bolivariano de Venezuela el Director Ejecutivo Sady Arturo Loaiza Escalona, invita a la profesora Inés Quintero exclamando de ella lo siguiente “Es un honor y un lujo que Inés Quintero pueda estar aquí, una mujer que ha realizado un extraordinario trabajo, no sólo para investigar a Miranda sino especialmente para difundirlo”
Es así cuando esta profesora también preside la Academia Nacional de la Historia, institución del Estado que con cierta frecuencia algunos de sus académicos realizan pronunciamientos en contra del Gobierno Bolivariano de Venezuela, como podemos corroborar en los medios de comunicación donde encontraremos declaraciones de algunos de estos académicos, recordábamos a un Individuo de Número llamado Guillermo Morón descalificando a nuestro Libertador Simón Bolívar y a Diosdado Cabello solicitándole a este mismo académico respeto para nuestro Comandante Chávez.
El señor Loaiza descuida las condiciones de medio ambiente de nuestro acervo documental, es decir la memoria histórica, mientras invierte el presupuesto para el aire acondicionado del burocratismo siendo las colecciones lo sustantivo o la razón de ser de la Biblioteca Nacional que se encuentran sin mantenimiento preventivo. Algunos trabajadores realizaron críticas constructivas, relativas a los daños que sufrían los libros mal colocados en una exposición esperando se aplicaran los correctivos, obtuvieron de respuesta el amedrentamiento e innecesarias muestras de autoritarismo por proteger el acervo documental.
Sin embargo es premiado el Director Ejecutivo Sady Arturo Loaiza Escalona, con la coordinación de la Plataforma del pensamiento crítico, patrimonio y memoria, cuando ni siquiera participo en las mesa de trabajo del Congreso de la Patria capítulo: historia, memoria y patrimonio, donde se recogieron propuestas organizativas y planes de trabajo por mandato del presidente Nicolás Maduro.
Los trabajadores que disfrutaron el beneficio de la jubilación en este año 2016 recibieron sus prestaciones incompletas, mientras éticos, sensibles y solidarios analistas solicitaron rehacer los cálculos justos fueron ignorados, reprendidos y otros se encuentran fuera de sus oficinas de trabajo. Existen aún temerosos compañeros y con razón, los mismos expresan “es necesario una auditoría realizada por trabajadores de la Contraloría General de la Republica”, pues en la Biblioteca Nacional dejaron de usar el software administrativo incumpliendo normas del Gobierno Bolivariano de Venezuela sustituyéndolo para trabajar por una hojas de cálculo de Microsoft Office Excel, ¡muy raro!… además poca seguridad para las gestiones administrativas.
Razón por la cual aclaramos el uso del software administrativo fue diseñado observando normas legales que rigen en materia presupuestaria establecidas por la Oficina Nacional de Presupuesto para las instituciones públicas (ONAPRE), la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público y sus Reglamentos, demás publicaciones de la Contraloría General de la Republica, la Oficina Nacional de Contabilidad Pública y la Superintendencia Nacional de Auditoria Interna, entonces preguntamos ¿desplazando el software administrativo por una hoja de cálculos damos cumplimientos con las políticas del Gobierno Bolivariano de Venezuela?
Enmarañada actitud del Director Ejecutivo Sady Arturo Loaiza Escalona, quien también incumplió los decretos de ahorro energético de nuestro presidente Nicolás Maduro, de este hecho también existen pruebas.
Cuando el señor Loaiza actúa como esta expresado en este papel, así como también actúa en lo cotidiano con nosotros los trabajadores y trabajadoras, sabemos que su: irrespetuoso vocabulario, arrogancia, prepotencia y demostraciones de poder, son motivados y avalados por la incondicionalidad del Sindicato de Empleados de la Biblioteca Nacional con el señor Loaiza, dado algunos pactos o acuerdos entre ellos.
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